Las primeras presidencias y los primeros conflictos [editar]
Empieza la década de 1830. La Provincia Oriental deviene en república y los viejos caudillos orientales en presidentes y opositores. Fructuoso Rivera y Juan Antonio Lavalleja primero, Manuel Oribe después, que asume en 1835. Son años de forja de las nacionalidades aun embrionarias y las visiones son naturalmente cambiantes. La atención de muchos aun está en el virreinato, en la Liga Federal o en la Provincia Cisplatina. En 1838, y con la ayuda de la armada de Francia, Rivera derrocó al segundo presidente constitucional de la historia del Uruguay. Se inició la Guerra Grande y con ella las consignas cambian. En agosto de 1830, una vez jurada la primera constitución de Uruguay, se convocó a las elecciones nacionales que designarían el cuerpo electoral para nombrar al primer presidente. El nuevo Estado surgía a la independencia con carencias señaladas en diversos e importantes campos. Sus límites con el poderoso Imperio Brasileño no estaban acordados en forma definitiva. Su población era escasa y dispersa. Se estimaba entre unos 74.000[1] o 100.000 habitantes[2] en total, de los cuales tres cuartas partes vivían en las ciudades de Montevideo, Colonia del Sacramento y Maldonado,[3] o en sus cercanías. El resto se desperdigaba en el litoral y en el norte. En la capital y alrededores pueden estimarse unos 20.000 habitantes.
Presidencia de Rivera [editar]
El elegido fue Fructuoso Rivera quien, a pesar de que las elecciones estuvieron signadas con un alto grado de fraude, contaba con un gran prestigio adquirido en las diversas acciones militares en las que participó. Combinaba este perfil con un enorme carisma en grandes sectores de la población, particularmente la rural. Era un caudillo por naturaleza. Rivera asumió el gobierno el 6 de noviembre y el 11 del mismo mes designó su gabinete y principales autoridades judiciales. En él se destacaba un grupo de cuñados y concuñados: José Ellauri, Julián Álvarez, Nicolás de Herrera y Juan Andrés Gelly, todos casados con hermanas de Lucas Obes. Tenían además otras cosas en común, que eran letrados y habían apoyado a la Cisplatina conformando.
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